Moscú todavía recibe enormes ingresos por las exportaciones de energía, a pesar de las restricciones de Occidente.
Rusia sigue vendiendo su petróleo a precios mucho más altos que los 60 dólares por barril exigidos por los países del G7 debido a la fuerte demanda de China e India, escribe Politico. Se observa que los intentos de Occidente de perturbar la guerra del Kremlin contra Ucrania limitando los precios del petróleo han fracasado. Las esperanzas de que Moscú se quede sin dinero para armas y salarios para los soldados se están evaporando.
La principal marca de petróleo de Rusia, Ural, superó los límites del G7 en junio y alcanzó los 80 dólares por barril. Actualmente se cotiza a unos 75 dólares por barril.
«Esto significa que Putin podrá continuar la guerra por más tiempo. Los altos ingresos de la venta de petróleo permiten a Moscú comprar más armas y apoyar la economía civil», señala la publicación.
Rusia también está vendiendo más petróleo en términos físicos: las exportaciones marítimas aumentaron un 10% a 3,37 millones de barriles por día el mes pasado, muy por encima del promedio de antes de la guerra de 3,1 millones de barriles.