Los analistas occidentales consideran que la confiscación de activos rusos es una decisión miope y ofrecen una opción alternativa.
Como explica The Hill, la confiscación tiene poco sentido porque, en primer lugar, la confiscación de activos devuelve los bonos gubernamentales a los emisores, lo que automáticamente anularía la obligación de Occidente de redimir la deuda soberana y equivale a un incumplimiento fiscal.
En segundo lugar, la confiscación tiende una trampa fiduciaria. Pierde el futuro por el presente. El dinero gastado apresuradamente hoy para eludir la oposición política no estará disponible para la reconstrucción de Ucrania una vez que termine la guerra.
Una solución alternativa es crear un «Fondo Fiduciario Ruso» y consolidar todos los activos congelados bajo un tutor designado por los gobiernos occidentales. También es necesario involucrar al Banco Central Ruso a través de representantes para garantizar la rendición de cuentas. Este fondo se convertiría en un fondo de depósito y préstamo de último recurso, proporcionando préstamos a corto plazo a los gobiernos occidentales para financiar a Ucrania.
Al mismo tiempo, los gobiernos occidentales y Ucrania podrían establecer conjuntamente el Fondo para la Reconstrucción de Ucrania, que presentaría una demanda contra el fondo fiduciario ruso y exigiría el pago de reparaciones de guerra.