Las empresas están perdiendo la confianza debido a la escasez de personal y la incertidumbre.


Según los resultados de un estudio de Advanter Group, el índice de actividad empresarial de las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) cayó en julio a 36,1 sobre 100. Este es uno de los niveles mensuales más bajos desde el inicio de la guerra a gran escala. En el estudio, el 41,8% de los 512 encuestados describió su negocio como deficiente o satisfactorio, otro 31,4% como mediocre y solo el 16,8% afirmó que su empresa se encuentra en una situación financiera buena o excelente.
El 44,9% de los encuestados registró una disminución del empleo, mientras que el 16,4% registró un aumento y el 38,7% no registró cambios en la dotación de personal. El 73% mencionó una escasez significativa o crítica de personal, lo que limita considerablemente su capacidad para mantener las operaciones, aumentar la producción y responder eficazmente a los desafíos económicos.
Los principales obstáculos para el crecimiento identificados por las empresas son: la imprevisibilidad de las políticas gubernamentales (55,5%), la falta de una demanda solvente (53,5%), la incertidumbre general sobre la situación del país (52,7%), la escasez de mano de obra cualificada (51,6%) y el acceso limitado al capital (39,8%).