La UE prepara su decimoséptimo paquete de sanciones contra Rusia, mientras que Estados Unidos también amenaza a Moscú con una mayor presión.


En Kyiv, las autoridades esperan que las nuevas restricciones afecten a sectores clave de la economía rusa y sirvan como una herramienta crucial para presionar a Rusia y lograr la paz.
El senador republicano estadounidense Lindsey Graham señaló que si Rusia continúa rechazando una paz «decente y justa» que se ajuste a los intereses de Ucrania, los senadores están dispuestos a apoyar un proyecto de ley bipartidista para reforzar las sanciones. Las nuevas medidas incluirían la imposición de aranceles secundarios a los países que compren petróleo, gas, uranio u otros productos rusos.
Mientras tanto, el presidente estadounidense Donald Trump condenó los últimos ataques rusos contra zonas civiles en Ucrania, expresando su escepticismo ante la posibilidad de que Putin tenga intención de poner fin a la guerra, a la vez que amenazó con nuevas sanciones «bancarias o secundarias». Sin embargo, Estados Unidos ha pospuesto las sanciones contra la filial de Gazprom en Serbia, Naftna. Industria Compañía petrolera de Srbije (NIS), por tercera vez.
Por el contrario, Moscú no parece convencido ante la posibilidad de un endurecimiento de las sanciones, ya que las compañías petroleras rusas están perforando a un ritmo sin precedentes en al menos cinco años, preparándose para una posible flexibilización de las restricciones en respuesta a las próximas conversaciones de paz.