La UE ha retrasado la implementación de la prohibición de las importaciones de GNL ruso en futuros paquetes de sanciones.


Esta decisión se debe a la resistencia de algunos gobiernos miembros de la UE y a la incertidumbre sobre las fuentes de suministro alternativas. En su lugar, la Comisión Europea planea crear una nueva hoja de ruta para mayo que permitirá eliminar la dependencia del bloque de la energía rusa para 2027.
Cabe destacar que el presidente estadounidense, Trump, ha expresado repetidamente su deseo de que la UE compre más gas a Estados Unidos. Sin embargo, la UE percibe esto como un posible punto de presión en las discusiones centradas en los aranceles comerciales de Trump. Un funcionario mencionó que la Comisión Europea no quiere arriesgarse a perder el suministro de GNL ruso y «sacrificar su poder de negociación». El bloque también se muestra cauteloso por temor a volverse dependiente del gas estadounidense. Actualmente, Estados Unidos es el tercer mayor proveedor de GNL a la UE, después de Rusia y Noruega.
Mientras tanto, con la modernización del oleoducto TAL ya finalizada, la República Checa ha logrado su primera independencia del suministro de petróleo ruso. El país puede ahora transportar hasta ocho millones de toneladas de petróleo al año a través de los oleoductos occidentales, satisfaciendo plenamente las necesidades de consumo de sus refinerías.