La UE está debatiendo la posibilidad de volver a importar gas ruso por gasoducto como parte de un posible acuerdo de paz en Ucrania.
Los defensores de la reanudación de estas compras argumentan que esto «llevará a precios de energía más bajos en Europa, animará a Rusia a participar en negociaciones y proporcionará a ambas partes razones para establecer y mantener un alto el fuego», según el FT.
Esta idea cuenta con cierto apoyo de los funcionarios alemanes y húngaros y de otras capitales de la UE que buscan reducir sus costos energéticos. Sin embargo, el debate en torno a la reanudación del suministro de gas desde Rusia ha enfadado a los funcionarios de Bruselas y a los diplomáticos de varios países de Europa del Este, los aliados más cercanos de Kyiv, que han estado trabajando durante tres años para disminuir las importaciones de energía rusa.
El Ministerio de Asuntos Exteriores checo opinó que detener el tránsito de gas ruso a través de Ucrania no era de importancia crítica para Europa, ya que la UE ha reducido su consumo anual de gas ruso de 140-145 mil millones a 15 mil millones de metros cúbicos. Más bien, la menor influencia de Rusia sobre los precios representó una derrota significativa para Moscú.
La CE descartó la idea de vincular el tránsito de gas y un posible acuerdo de paz sobre Ucrania.