La eficacia de la contraofensiva ucraniana depende de los ataques de largo alcance en el interior de Rusia.
Por ello, el presidente estadounidense, Joe Biden, debería dejar de vacilar y permitir el uso de armas estadounidenses contra objetivos en Rusia, según los analistas estadounidenses.
«Un análisis detallado de la política de Biden muestra que tiene poco sentido. Si quiere ayudar a llevar esta guerra a una conclusión digna, debería dejar de vacilar y proporcionar a Ucrania las armas adecuadas», subrayan los expertos.
En cambio, se observa que las restricciones a las armas de largo alcance juegan directamente en manos de Putin, ya que crean una zona segura desde la que las fuerzas rusas pueden lanzar ataques con impunidad.
«Están ganando tiempo para que el Kremlin se adapte a los cambios en el campo de batalla y reponga sus fuerzas, impidiendo que Ucrania contraataque de manera efectiva. En esencia, Estados Unidos está proporcionando a Ucrania suficiente ayuda para continuar la guerra, pero no la suficiente para lograr un progreso real», dice el artículo.
Según las estimaciones más conservadoras, cientos de objetivos militares pueden ser alcanzados por misiles de largo alcance. Es imposible proteger todos esos objetos y, por el contrario, su reubicación proporcionará a Ucrania una mayor protección.