La economía rusa ha agotado sus recursos acumulados y está cayendo a la baja.
Según Bloomberg, la economía rusa está empezando a sentir las graves consecuencias de los altos tipos de interés y la persistente inflación. El Banco Central ruso prevé un descenso de las tasas de crecimiento al 0,5% en 2025 desde el 3,5-4% actual, y las empresas ya están reduciendo sus inversiones debido a la amenaza de quiebras.
Se observa que el período relativamente estable para la economía rusa, que se vio impulsada por los recursos acumulados anteriormente, ha terminado. Hasta ahora, la economía rusa ha logrado funcionar a pesar de los intentos externos de debilitarla, y junto con los altos salarios, esto ha ayudado al Kremlin a mantener una sensación de normalidad. Sin embargo, en medio de la relativa prosperidad, comienzan a aparecer factores negativos: un tipo de interés de referencia récord, una inflación persistente, problemas con los pagos internacionales, un rublo débil, dependencia de los precios del petróleo en un mercado inestable y problemas económicos en China, el principal socio comercial de Rusia.
Incluso las empresas más grandes, como Transneft, Ferrocarriles Rusos, Severstal y Norilsk Nickel, están revisando sus estrategias y reduciendo sus inversiones.