La cumbre Ucrania-UE en Kyiv demostrará la brecha entre las expectativas de Ucrania y las capacidades de la UE.
Esta semana, los funcionarios ucranianos tendrán una larga lista de solicitudes para sus aliados europeos: aviones de combate y otras armas pesadas, membresía rápida en la UE, un mecanismo legal para responsabilizar a Rusia y un plan para usar los activos rusos para reconstruir Ucrania. Sin embargo, es poco probable que la delegación de funcionarios de alto rango de la UE que llegó a Kyiv ofrezca promesas concretas sobre al menos algunos de estos temas. En cambio, la inusual cumbre en tiempos de guerra probablemente producirá solo una declaración elogiando los esfuerzos de Ucrania e instándola a continuar con las reformas. Cabe señalar que, a pesar de que los 27 países participantes apoyan en general a Ucrania, siguen divididos en sus puntos de vista sobre el procedimiento de adhesión acelerada. Un pequeño grupo de los aliados más fervientes de Ucrania lo apoya, mientras que muchos otros no. Las conversaciones privadas indican que el precio de la reconstrucción de Ucrania es preocupante para estos países y la corrupción sigue siendo una preocupación. A Bruselas le gusta la retórica poderosa sobre el apoyo a Ucrania, pero desafortunadamente, la realidad política puede ser diferente.