Europa, junto con Ucrania, está intensificando la producción de munición de 155 mm.


La planta de defensa francesa Les Forges de Tarbes, que estuvo a punto de cerrar en 2021, está ahora funcionando a plena capacidad, atendiendo pedidos de proyectiles de artillería de 155 mm. La prioridad es apoyar a Ucrania y reequipar a los ejércitos europeos.
La planta es el único fabricante francés de casquillos de 155 mm, o cuerpos de casquillo, que posteriormente se envían a la empresa KNDS, donde se completan con explosivos, transformándolos en munición terminada. El año pasado, la empresa produjo 60.000 casquillos. Actualmente, producen 2.000 casquillos a la semana y, para finales de año, la producción alcanzará los 15.000 al mes.
En respuesta a la guerra en Ucrania y a la urgente necesidad de reabastecer los arsenales de la UE, la industria de defensa europea ha incrementado la producción.
Mientras tanto, uno de los mayores fabricantes de munición de Europa, la empresa noruega Nammo, ha firmado un acuerdo de cooperación estratégica que amplía su colaboración con una empresa ucraniana. Esta colaboración tiene como objetivo compartir tecnología para producir munición de artillería de 155 mm en Ucrania.