Europa está explorando opciones para restaurar su poder militar a la luz de la creciente retórica rusa.
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Según la jefa de la diplomacia de la UE, Kaja Kallas, se han intensificado las discusiones sobre cómo aumentar el gasto en defensa, y la financiación conjunta se está convirtiendo cada vez más en parte de las conversaciones. El bloque también podría estudiar la posibilidad de redireccionar los fondos no utilizados del paquete de recuperación de la COVID-19.
«Creo que se trata de una financiación a corto plazo que nos permitirá actuar muy rápidamente. Sin embargo, también se han considerado los bonos regulares. Se trata de una financiación a medio y largo plazo que debemos evaluar», comentó Kallas.
Bruselas pretende redireccionar 93.000 millones de euros de los fondos de recuperación de la pandemia no utilizados para reforzar sus capacidades defensivas. Se estima que las necesidades generales de financiación de la defensa de la UE ascenderán a 500.000 millones de euros para la próxima década. Una posible forma de satisfacer esas necesidades incluye la utilización de fondos de desarrollo regional y la «financiación europea conjunta».
También se está debatiendo la creación de un mecanismo financiero intergubernamental, en el que participarían el Reino Unido y Noruega. Además, la UE está contemplando la reasignación de fondos del Fondo de Recuperación y Resiliencia (FRR), que comprende 800.000 millones de euros en subvenciones y préstamos.