El Banco Central de Rusia está dando la voz de alarma sobre una economía inflada por el gasto militar.
El 13 de septiembre, el Banco Central de Rusia elevó el tipo de interés de referencia al 19% anual por octava vez. Este nivel se había alcanzado solo una vez en los últimos 20 años: en las primeras semanas de la invasión a gran escala de Ucrania, cuando Moscú estaba bajo la presión de numerosas sanciones. El Banco Central de Rusia consideró aumentar el tipo de interés al 20% y podría hacerlo en la próxima reunión.
Rusia ya ha alcanzado a estados en quiebra y países del tercer mundo como Zimbabwe (20%) y Líbano (20%). Tales tasas actúan como una terapia de choque económico. Los resultados oficiales de inflación de agosto de Rosstat ascendieron a 9,05%, y en comparación con julio, la inflación se desaceleró por primera vez en más de un año.
Las acciones del banco central son un paso desesperado para evitar una pérdida de control y evitar caer en una inflación del 20% o más. Sin embargo, las condiciones para una crisis de esa magnitud han sido creadas por inyecciones de billones de dólares en defensa, que forman una masa de dinero no respaldada por bienes.