El 10 de octubre, Rusia llevó a cabo el mayor ataque hasta la fecha contra el sistema energético de Ucrania.
Según el ministro de Energía, Herman Galushchenko, el objetivo del enemigo es destruir todo el sistema de energía y hacer que sea imposible volver a conectar el suministro de electricidad de otras fuentes, lo que complica el suministro de energía estable. Al mismo tiempo, el Ministro del Interior de Ucrania, Denys Monastyrskyi, calificó este ataque como el más grande de la historia moderna desde el punto de vista de la infraestructura energética crítica. Según él, se registraron 74 huelgas en 12 regiones. «El daño causado a la infraestructura energética también tiene graves consecuencias. Además, fue un golpe no solo para el sector energético de Ucrania sino también para el sistema energético de la UE. Además, la decisión forzada de detener la exportación de electricidad a los UE indica que este golpe iba dirigido al sistema energético unido de Europa”, enfatizó el ministro. Como resultado del asalto resultaron dañadas 18 centrales eléctricas, de las cuales 8 son TPP.