Aunque su economía es muy vulnerable, Moscú no tiene ningún incentivo financiero para detener la guerra.
El presidente ruso, Vladimir Putin, podría reconsiderar su posición de continuar la guerra contra Ucrania si Occidente puede exprimir los ingresos petroleros rusos, según un estudio de Reuters.
A pesar de las sanciones y restricciones, Rusia tuvo una balanza comercial positiva de 51.000 millones de dólares el año pasado. La situación puede cambiar si los aliados de Ucrania pueden reducir los ingresos de exportación de Rusia hasta el punto de provocar un déficit en la balanza de pagos. Las exportaciones podrían caer en 80.000 millones de dólares.
Sin embargo, la Federación de Rusia puede negarse a vender petróleo a precios aún más bajos y limitar la producción. Esto conducirá a un aumento de los precios globales, lo que perjudicará a los aliados de India y Ucrania, que no están dispuestos a asumir los riesgos necesarios para reducir los flujos de ingresos rusos. Hasta que lo hagan, Putin no tiene presión financiera para poner fin a la guerra.
Sin embargo, The Hill señala que la economía rusa no es tan fuerte y el país es muy vulnerable financieramente si los precios de la energía caen o un aumento en la producción de equipo militar conduce a una reducción de la producción en otras áreas.