Alemania y República Checa han liderado la revolución energética en la UE y quieren eliminar el 20% restante de las importaciones procedentes de Rusia.
Alemania y la República Checa están pidiendo a la UE que haga más para reducir el último 20% de las importaciones de energía rusas. Los países piden la creación de un grupo de trabajo para determinar formas de detener gradualmente el suministro de gas ruso (incluido el GNL), petróleo y materiales nucleares que todavía fluyen hacia Europa. Bruselas se ha fijado el objetivo de poner fin a la dependencia de la UE de las fuentes de energía rusas para 2027.
Las exportaciones de gas de la Federación de Rusia se redujeron después de la invasión de Ucrania en 2022. La UE reemplazó rápidamente el combustible ruso con energías renovables y gas de otros proveedores, pero en 2023, el bloque aún recibía el 15% de su gas de Rusia. El año pasado, Rusia envió más de 15,6 millones de toneladas métricas de gas natural licuado a los puertos de la UE, un 37,7% más que en 2021.
«Por el bien de nuestra soberanía y seguridad energética, debemos seguir reduciendo sistemáticamente la importación de gas, petróleo y materiales radiactivos de Rusia», dijeron funcionarios de los gobiernos alemán y checo.