A pesar del gasto récord en la guerra, el complejo militar-industrial ruso decaerá gradualmente.


Expertos del centro de estudios británico Chatham House señalaron que la Federación Rusa está gastando cantidades sin precedentes en su guerra contra Ucrania, pero como resultado de las sanciones impuestas por Occidente, está perdiendo la capacidad de modernizar su ejército. Rusia planea destinar el 6,3% de su PIB a la guerra este año, el mayor gasto militar desde la Guerra Fría.
Sin embargo, al mismo tiempo, el proceso de degradación tecnológica del complejo militar-industrial ruso continúa. Debido a que las sanciones restringen el acceso a importaciones militares y de doble uso de importancia crítica, Rusia se ve obligada a reemplazar componentes modernos de sus armas por alternativas inferiores.
Los analistas militares señalan que «la Federación Rusa probablemente tendrá que simplificar y ralentizar su producción militar, aceptar una disminución en la calidad de los productos y cierto nivel de estancamiento en la innovación en su investigación y desarrollo».
Esto sugiere que, a corto plazo, las fábricas militares rusas producirán equipos que representan una «amenaza real» para Ucrania y Europa. Pero con el tiempo, la capacidad de Rusia para competir con potencias militares avanzadas disminuirá. Mientras tanto, Rusia ya está sufriendo el enorme impacto económico del gasto militar excesivo.