A pesar de la guerra, Occidente comercia con titanio con Rusia; la interdependencia no permite romper los lazos.
En los primeros siete meses de 2024, las exportaciones rusas de titanio ascendieron a más de 120 millones de dólares, de los cuales el 33% se destinó a Francia y el resto se envió a los Emiratos Árabes Unidos, Turquía, Azerbaiyán, Estonia y Singapur. Al mismo tiempo, las importaciones rusas de materias primas de titanio alcanzaron los 125,8 millones de dólares, de los cuales el 52% provino de China. Rusia necesita titanio para producir armas, incluidos misiles.
En 2023, China tenía las mayores reservas totales de minerales de titanio del mundo, seguida de Mozambique, Sudáfrica, Australia y Canadá.
Rusia tiene uno de los mayores depósitos de materias primas de titanio del mundo, que representa el 14,5% de las reservas mundiales. Sin embargo, la contribución de Rusia a la producción mundial de concentrados de titanio es solo del 0,03% dada la dificultad de desarrollar sus depósitos, debido a las complejas condiciones geológicas de los mismos. Rusia suministra aleaciones para el 33% del sector de la aviación mundial.
Esta dependencia de Rusia impide a los países occidentales imponer sanciones sectoriales a la importación y exportación de titanio ruso.