Como se esperaba, no hubo avances: Witkoff mantuvo una conversación de tres horas con Putin antes de la fecha límite impuesta por Trump.


El presidente ruso, Vladímir Putin, se reunió con el enviado especial de Estados Unidos, Steve Witkoff, durante tres horas en Moscú el 6 de agosto. El Kremlin calificó las conversaciones de «útiles y constructivas», y tuvieron lugar dos días antes de la fecha límite que Trump estableció para que Rusia alcanzara la paz en Ucrania, ante la amenaza de nuevas sanciones impuestas por Washington en caso contrario.
El asesor presidencial ruso, Yuri Ushakov, afirmó que ambas partes intercambiaron señales sobre Ucrania y discutieron una posible cooperación estratégica entre Moscú y Washington. Los detalles se mantendrán confidenciales hasta que Witkoff regrese a Estados Unidos e informe a Trump. Los observadores consideran la visita de Witkoff como un último esfuerzo para evitar graves consecuencias del ultimátum de Trump. Sin embargo, fuentes del Kremlin recalcaron a Reuters que Putin no está dispuesto a ceder, convencido de su superioridad en la guerra.
Mykhailo Podolyak, asesor del jefe de la Oficina del Presidente de Ucrania, también duda que la reunión de Witkoff con Putin ponga fin a la guerra, ya que Rusia no puede presentar soluciones reales. «Putin necesita no solo la ocupación real, sino también el reconocimiento europeo de su derecho a apoderarse de nuevos territorios. Su objetivo es ganar tiempo, conservar los beneficios de las exportaciones de petróleo y gas a India, Brasil y China, y obtener una retórica más suave de la administración Trump, a la vez que reduce la atención de Estados Unidos en la guerra», afirma Podolyak.