Ucrania ha aumentado significativamente la fuerza, la frecuencia y el alcance de sus ataques en territorio enemigo.

El 12 de enero, Ucrania lanzó un asalto con drones en la región de Bryansk de la Federación Rusa. El día anterior, los drones ucranianos atacaron una de las refinerías de petróleo más grandes de Rusia: la refinería Taneko en la ciudad de Nizhnekamsk, a 1.000 kilómetros de la línea del frente. La planta puede procesar más de 16 millones de toneladas de petróleo al año y desempeña un papel clave en el suministro de combustible al ejército ruso.

Además, a partir del 12 de enero, un incendio en el depósito de petróleo en Engels, Rusia, que estalló después de un ataque ucraniano, todavía estaba ardiendo por quinto día.

En la noche del 11 de enero, las regiones rusas también fueron atacadas por drones: se escucharon explosiones en el territorio de Krasnodar, las regiones de Voronezh y Kursk, así como en Crimea ocupada temporalmente.

El 10 de enero, los drones ucranianos y un misil Neptune fueron utilizados en un ataque a una instalación de almacenamiento de municiones y vehículos aéreos no tripulados en la región de Rostov.

A su vez, en la noche del 12 de enero, las fuerzas de defensa aérea ucranianas repelieron otro ataque masivo del enemigo, en el que la Federación Rusa empleó 94 drones de ataque.