La comunidad empresarial ha suavizado sus expectativas negativas; el sector de la construcción es el que se siente más confiado.
El Índice de Expectativas de Actividad Empresarial (BAEI) aumentó a 44,4 en julio desde 43,6 en junio, pero aún está por debajo del máximo de este año de 52,3 registrado en abril. La adaptabilidad a los problemas de suministro de energía, el funcionamiento estable del corredor marítimo, las expectativas inflacionarias estables y la flexibilización de las restricciones monetarias han impactado positivamente las expectativas empresariales.
Al mismo tiempo, el deterioro de la situación de seguridad, el riesgo de nuevos ataques terroristas contra infraestructuras críticas, el debilitamiento de la grivna frente al dólar y la escasez de personal siguen siendo factores restrictivos.
Las empresas de construcción mejoraron sus estimaciones sobre sus resultados económicos: el índice sectorial en julio fue de 49,6 contra 43 en junio. Las empresas industriales mantuvieron expectativas moderadas: el índice sectorial en julio fue de 45,8 (45,5 en junio). Las empresas del sector de servicios suavizaron su calificación negativa a 42,5 desde 39,7. Sin embargo, las empresas comerciales han empeorado ligeramente las expectativas bajo apagones prolongados y expectativas de tipo de cambio más débiles, a 44,7 desde 46,4.