Europa ha puesto fin a su dependencia del gas ruso, pero ahora está adicta a los fertilizantes rusos.

Después de la invasión de Ucrania, la Federación Rusa redujo drásticamente el suministro de gas por gasoducto a la UE, en un intento de ejercer presión sobre los gobiernos europeos. En cambio, la UE comenzó a construir infraestructura para importar gas natural licuado, lo que ha ayudado a reemplazar el 90% del suministro de gasoductos de Rusia y ha reducido los precios diez veces.

Sin embargo, la dependencia del GNL plantea desafíos potenciales para la UE en el futuro, exponiéndola a un mercado altamente volátil y potencialmente retrasando el progreso hacia emisiones netas cero para 2050.

Los políticos esperan que la legislación que la UE ha introducido sobre el mercado de la electricidad y la regulación de El suministro de hidrógeno y gas ayudará a mantener el status quo hasta que Estados Unidos y Qatar lleven más GNL al mercado en 2026.

Sin embargo, la UE ha aumentado significativamente la importación de fertilizantes de la Federación Rusa. Antes de junio de 2023, la UE había importado un 100% más de urea de Rusia que un año antes. Las importaciones en la temporada actual son menores pero siguen siendo históricamente altas y representan el 33% de las importaciones totales de urea en la UE.