La guerra, los constantes apagones y las precipitaciones récord de otoño que han enlodado los campos han afectado los esfuerzos de cosecha de los agricultores ucranianos. Además, la guerra ha disminuido la cantidad que los agricultores pueden obtener por sus productos. Además, los ataques a la infraestructura del país han limitado la disponibilidad de electricidad necesaria para secar el grano mojado, informó Bloomberg. Si bien la invasión de Rusia ha frenado las exportaciones, Ucrania sigue siendo el cuarto mayor exportador de maíz del mundo y tiene un impacto significativo en el suministro mundial. El grano aún se puede recolectar hasta la primavera, aunque las perspectivas de calidad y cantidad están disminuyendo. El Departamento de Agricultura de EE. UU. recortó su perspectiva de cosecha de maíz en Ucrania a 27 millones de toneladas el 9 de diciembre, una reducción de 4,5 millones de toneladas, citando las implacables lluvias otoñales en tres regiones clave. Eso sería un mínimo de cinco años. Las Naciones Unidas pronostican un pronóstico aún más bajo de 24 millones de toneladas.