Según fuentes oficiales rusas, la noche del 10 de septiembre se derribaron 144 drones, incluso en la región de Moscú. Los aeropuertos moscovitas de Domodedovo, Vnukovo y Zhukovsky suspendieron temporalmente sus operaciones. En la región de Bryansk, fronteriza con Ucrania, las defensas aéreas derribaron 72 drones y otros 14 fueron eliminados en la región de Kursk.
En total, nueve regiones de la Federación Rusa informaron sobre ataques con vehículos aéreos no tripulados. Los residentes informaron sobre ataques a edificios residenciales, aeropuertos e instalaciones energéticas. Como resultado de este ataque, según los rusos, murió una mujer. Los drones podrían haber apuntado a edificios de apartamentos de gran altura debido a la guerra electrónica rusa u otras defensas aéreas.
Esa misma noche, el ejército ruso atacó Ucrania con 46 drones kamikaze y misiles de varios tipos. Las defensas aéreas ucranianas lograron destruir 38 drones de ataque. El ataque tuvo como objetivo la infraestructura energética civil en las regiones de Dnipropetrovsk, Donetsk, Mykolaiv, Poltava, Sumy, Kharkiv, Kherson y Chernihiv.