Desde el comienzo de la nueva ofensiva de la Federación Rusa en la región de Kharkiv, Ucrania ha estado tratando de convencer a la administración Biden de que levante su prohibición del uso de armas proporcionadas por Estados Unidos para ataques en territorio ruso.
Esta semana, un grupo de parlamentarios ucranianos se encuentra en Washington para conseguir el apoyo del Congreso. Afirman que la prohibición del uso de armas estadounidenses para ataques contra la Federación Rusa «ata las manos» al ejército ucraniano dado que la estrategia defensiva de Ucrania requiere atacar depósitos militares en territorio enemigo.
Las autoridades ucranianas han observado a los rusos acercarse a la frontera durante semanas, pero la política de Washington ha impedido que Ucrania utilice armas proporcionadas por Estados Unidos, incluidos misiles balísticos ATACMS, para lanzar un ataque preventivo. Como condición para suministrar armas de largo alcance a Ucrania, Estados Unidos exige que no se utilicen en territorio ruso.
Moscú es muy consciente de esta limitación, por lo que pudo concentrar equipamiento militar y al menos 30.000 soldados en la frontera sin riesgo de ataque.