El WSJ señaló que Ucrania está construyendo activamente cohetes capaces de atacar profundamente tras las líneas enemigas. La mayoría de los detalles del programa se mantienen en secreto, pero los funcionarios ucranianos han declarado anteriormente que tales armas podrían introducirse en el futuro cercano. En agosto, Ucrania realizó con éxito pruebas de misiles.
Según Oleksandr Kamyshin, asesor del presidente ucraniano, la financiación es uno de los obstáculos para la implementación del programa. Ucrania ha utilizado su misil Neptune de forma limitada durante la guerra, y los funcionarios dicen que la falta de finanzas está frenando la producción.
La producción de misiles balísticos es costosa, ya que los materiales de los que están hechos deben soportar temperaturas muy altas al reingresar a la atmósfera terrestre. Otro problema es la producción en masa de armas. Los fabricantes de misiles en todo el mundo se enfrentan a dificultades para garantizar un suministro estable de componentes como motores. Ucrania se ve obstaculizada además por la escasez de trabajadores y los constantes ataques rusos a la infraestructura.