Este año, Ucrania ha atacado con sus drones al menos 20 instalaciones petroleras en Rusia. Según los analistas, hasta finales de marzo estas huelgas han reducido la producción de productos petrolíferos ligeros en al menos 1,7 millones de toneladas al mes, por un valor aproximado de 1.500 millones de dólares.
En mayo, los ataques con aviones no tripulados habían inutilizado el 14% de la capacidad de refinación de petróleo de Rusia y provocaron un aumento de los precios internos del combustible entre un 20 y un 30%. El éxito de los ataques de Ucrania se evidencia en el hecho de que el gobierno ruso decidió no publicar estadísticas sobre su producción de gasolina. El reciente ataque a la planta de productos petrolíferos de Novoshakhtynsk destruyó 1,5 millones de toneladas de petróleo y productos derivados del petróleo por un valor de 540 millones de dólares.
Hay alrededor de 30 grandes refinerías de petróleo y otras 80 minirrefinerías en Rusia que las fuerzas ucranianas pueden atacar. Por supuesto, esto no conducirá al colapso total de la economía rusa, pero sí obstaculizará significativamente su funcionamiento.
Debido a las sanciones, Rusia ha perdido capacidades de producción que son difíciles y costosas de restaurar. La destrucción de las refinerías en la parte europea de Rusia dificultará el suministro de productos petrolíferos a su ejército.