El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) informó que en la noche del 13 de marzo, el SBU atacó tres refinerías de petróleo rusas en Riazán, Kstovo (región de Nizhny Novgorod) y Kirishi (región de Leningrad). Estas fábricas se encuentran entre las cinco más grandes de la Federación de Rusia.
En la planta de Riazán, dos de las cuatro plantas de procesamiento primario de petróleo, que representan alrededor del 70% de la capacidad de la planta, resultaron dañadas debido a los ataques con aviones no tripulados.
Además, después de que la inteligencia ucraniana atacara la planta de productos petrolíferos de Novoshakhty en la región de Rostov, la empresa cesó sus operaciones.
“Estamos implementando sistemáticamente una estrategia detallada para reducir el potencial económico de la Federación Rusa. Nuestra tarea es privar al enemigo de recursos y reducir el flujo de dinero del petróleo y combustible, que Moscú dirige directamente a la guerra, al asesinato de nuestros ciudadanos”, agregaron los agentes del orden.
Además de la caída de las exportaciones de combustible, estos ataques provocaron un aumento de los precios de la gasolina y el diésel en las bolsas rusas entre un 0,8% y un 1,4%.