El analista energético alemán Tom O’Donnell dijo que las últimas sanciones estadounidenses podrían dañar significativamente a Moscú y que, en general, las sanciones contra el petróleo ruso podrían convertirse en un arma clave para que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, use como palanca para presionar al dictador ruso Vladimir Putin. Los petroleros rusos que actualmente están varados en el mar, sin poder entrar en los puertos, demuestran la mayor eficacia de las últimas sanciones en comparación con las restricciones anteriores impuestas al precio del petróleo.
Según O’Donnell, Trump quiere presionar a Putin para que llegue a un acuerdo para poner fin a la guerra, por lo que también podría imponer sanciones a la exportación de productos petrolíferos de Rusia, especialmente desde terminales en Occidente.
Mientras tanto, a finales de este año el Fondo Nacional de Bienestar de Rusia se quedará sin fondos líquidos. A 1 de diciembre de 2024, las reservas ascendían a 53.800 millones de dólares, mientras que al comienzo de la guerra ascendían a unos 150.000 millones de dólares. Rusia utiliza el Fondo de Bienestar para cumplir con sus obligaciones de gasto y cubrir su déficit presupuestario, que en 2025 ascenderá a 1,2 billones de rublos (más de 11.600 millones de dólares).