El candidato presidencial estadounidense Donald Trump y su posible vicepresidente, J.D. Vance, han expresado repetidamente su deseo de poner fin a la guerra en Ucrania. En septiembre, Vance planteó la idea de un conflicto congelado con regiones autónomas a ambos lados de una zona desmilitarizada y dejar a Kyiv en un limbo diplomático, fuera de la OTAN.
Este plan puede ser un replanteamiento de los Acuerdos de Minsk de 2014 y 2015, destinados a poner fin a las hostilidades en el este de Ucrania. Esta vez, un acuerdo proporcionaría mecanismos de cumplimiento con consecuencias por violar el acuerdo. Sin embargo, la aplicación debería ser controlada por tropas europeas, no por fuerzas de la OTAN o fuerzas de paz de la ONU.
La membresía de Ucrania en la OTAN se eliminaría de la agenda durante varios años para obligar a Rusia a negociar, según un ex analista de la CIA. Sin embargo, estas negociaciones no incluirían ningún acuerdo final mientras Putin gobierne Rusia.
Sin embargo, para obligar a Putin a sentarse a la mesa de negociaciones, Trump también puede amenazar con derrumbar los precios del petróleo y el gas.