Los aliados europeos de Ucrania han mantenido una serie de conversaciones privadas con el equipo de Donald Trump, durante las cuales los socios justificaron la necesidad de seguir apoyando a Kyiv y se muestran cautelosamente optimistas respecto a que el nuevo presidente estadounidense no obligará a Ucrania a iniciar negociaciones prematuras con Rusia.
Según los europeos, este intercambio de puntos de vista da motivos para creer que la futura administración puede ayudar a Ucrania a recuperar fuerzas antes de que comiencen las negociaciones. Los funcionarios de Trump parecen haber sido receptivos a dos argumentos: el nuevo líder estadounidense corre el riesgo de ser humillado si abandona Kyiv y, si Rusia logra la victoria, esto solo empujará a China a tomar medidas más agresivas. El equipo de Trump está presentando varias ideas para futuras acciones en Ucrania, pero todavía no hay un plan en marcha que pueda implementarse inmediatamente después de la investidura.
Sin embargo, las conversaciones han traído una sensación de cauteloso alivio en Europa. Al mismo tiempo, la UE también está calculando los peores escenarios posibles, si Trump cumple su promesa de terminar la guerra rápidamente, lo que fortalecería a Putin.