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Se cosecha lo que se siembra: Moscú corre el riesgo de hundirse en la oscuridad.

 La capital de Rusia puede enfrentarse a una escasez de electricidad en los próximos años, según un plan general de desarrollo de la industria energética rusa hasta 2042, elaborado por el Operador del Sistema del país (el único despachador del sistema energético ruso). Para 2030, Moscú se enfrentará a un déficit de 1,6 GW de capacidad, y para 2042, 4,2 GW. El operador del sistema advirtió por primera vez el año pasado sobre futuros problemas con el suministro de electricidad a la región de la capital rusa, citando dificultades con el mantenimiento de equipos extranjeros. Se trata de las turbinas de gas para centrales térmicas, que se quedaron sin repuestos para su reparación tras el endurecimiento de las sanciones occidentales en junio de 2023. En particular, General Electric y Siemens se negaron a mantener las turbinas de la CTE. Según estimaciones del operador del sistema, las turbinas extranjeras suministran alrededor del 9% de la capacidad del sistema eléctrico ruso. Un problema aparte es el desgaste físico de las redes eléctricas, que alcanza alrededor del 70% en el caso de los componentes de la red de distribución y alrededor del 50% en el de las líneas principales.

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