«En lo que respecta a Ucrania a corto plazo, Ucrania no puede prescindir de todo el apoyo posible. La semana pasada, el presidente Trump y el presidente Zelenski debatieron este tema, centrándose específicamente en la defensa aérea», declaró el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.
Añadió que el apoyo a Ucrania por parte de los socios europeos está aumentando y «ya alcanza los 45 000 millones de dólares», pero este apoyo no es inmediato, y los aliados no pueden operar eficazmente sin el apoyo práctico de Estados Unidos.
«A Estados Unidos le interesa no perder la guerra en Ucrania. Tener a Rusia en las fronteras con Europa es un peligro. La seguridad de Europa es la seguridad de Estados Unidos; todo está completamente interconectado», añadió.
La suspensión del suministro de ayuda militar por parte de Estados Unidos, especialmente de equipo de defensa aérea, afectará directamente la capacidad de Ucrania para contrarrestar los ataques aéreos rusos, cada vez más intensos. Aunque aún no está claro cuánto armamento se ha bloqueado y cuándo afectará esto exactamente al frente, el mensaje es claro: Washington se está distanciando de la guerra. Ucrania ya no es una prioridad, ya no está en el centro de la política exterior estadounidense.
De inmediato, el Kremlin celebró la decisión de Washington de suspender el suministro de armas a Ucrania, afirmando que esto podría ayudar a poner fin a los combates.