Según los servicios de inteligencia ucranianos, el agresor produce entre 132 y 171 misiles de largo alcance al mes, aproximadamente la misma cantidad que se utilizó para el bombardeo récord del 26 de agosto. La tasa de producción de drones Shahed-136 es de más de 500 unidades al mes. La producción de misiles le cuesta a la Federación Rusa 1.100 millones de dólares al mes y la de drones, unos 100 millones. Rusia tenía en stock unos 1.220 misiles de crucero y 245 misiles balísticos desde finales de agosto hasta principios de septiembre.
Mientras tanto, Ucrania recibe proyectiles de artillería de la India desde hace más de un año. Los compradores europeos los han redirigido a Ucrania. Italia y la República Checa se encuentran entre los países europeos que envían munición india a Ucrania, liderando la iniciativa de suministrar proyectiles desde fuera de la UE.
Nueva Delhi participa en esta iniciativa a pesar de las protestas de Moscú. Según los expertos, desviar una pequeña cantidad de munición a Ucrania es geopolíticamente beneficioso para Delhi, ya que permite a India mostrar a Occidente que no está aliada de Rusia.