A pesar de que Rusia ha puesto su economía en pie de guerra, ya no es capaz de compensar las grandes pérdidas de tanques, vehículos blindados de infantería y artillería que ha sufrido en la guerra con las reservas acumuladas durante la era soviética. Aunque estas reservas son vastas, no son ilimitadas.
Según la mayoría de las estimaciones de inteligencia, Rusia perdió alrededor de 3.000 tanques y otros 5.000 vehículos blindados en los dos primeros años de la guerra a gran escala. Las cifras reales pueden ser mucho mayores.
El Centro para el Análisis de Política Europea, con sede en Washington, dice que la capacidad de Rusia para construir nuevos tanques y vehículos de combate de infantería o reparar unidades existentes se ve obstaculizada por problemas con la obtención de componentes. Además, la antigua cadena de suministro de armas soviética ya no existe, ya que Ucrania, Georgia y Alemania Oriental eran centros industriales esenciales que producían armas y sus componentes.
Además, el número de empleados de la industria militar ha disminuido drásticamente de diez millones a dos millones. Si nada cambia, el ejército ruso probablemente tendrá que pasar a una posición defensiva antes de fin de año.