Rusia insiste no sólo en que se le niegue a Ucrania la entrada en la OTAN, sino también en que se derogue la decisión de la Cumbre de Bucarest de 2008 sobre la futura pertenencia de Ucrania a la Alianza.
«De lo contrario, este problema seguirá envenenando la atmósfera en el continente europeo», declaró la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zakharova.
Además, según la inteligencia estadounidense, el presidente ruso, Vladimir Putin, sigue intentando apoderarse de todo el territorio de Ucrania, a pesar de las negociaciones en curso con la administración del presidente estadounidense Donald Trump para poner fin a la guerra. Se sugiere que Putin puede utilizar estas negociaciones como una pausa táctica para reconstruir su ejército y fortalecer su posición. Un posible alto el fuego o un acuerdo de paz temporal podrían ser simplemente un intento de ganar tiempo para que las fuerzas rusas se reagrupen.
En medio de la oleada de acontecimientos recientes, el presidente Zelenskyy ha declarado que no aceptará los ultimátums de Rusia. También subrayó que no se puede llegar a ningún acuerdo sobre el futuro de Ucrania sin su participación y que las negociaciones sobre el alto el fuego deben incluir garantías de seguridad. Además, Ucrania no cederá ningún territorio.