Según el economista Fatih Birol, exejecutivo de la Agencia Internacional de Energía, esto se debe a tres razones. En primer lugar, al comienzo de la guerra, el 75% de las exportaciones de gas de Rusia y el 55% de las exportaciones de petróleo de Rusia iban a países de la UE. Por lo tanto, la Federación Rusa ha perdido al mayor comprador de recursos energéticos rusos. Para suministrar gas y petróleo a los países asiáticos, Rusia tendrá que dedicar muchos años y una cantidad considerable de fondos a la construcción de nuevos oleoductos. Además, el país agresor no podrá comenzar de inmediato a suministrar activamente gas y petróleo, incluso por mar. Un petrolero con recursos energéticos viaja de Rusia a la UE en cinco días pero a Asia en 65 a 75 días. Otro factor es que los gigantes energéticos de la Federación Rusa necesitarán una cantidad considerable de las últimas tecnologías para desarrollar campos de petróleo y gas geológicamente complejos. Sin embargo, la mayoría de las empresas tecnológicas occidentales han abandonado el mercado ruso debido a las sanciones relacionadas con la guerra en Ucrania.