La serie de ataques rusos al sector energético de Ucrania es parte de una campaña destinada a congelar el país en invierno, así como a obligar a Occidente a adoptar decisiones políticas favorables al Kremlin, afirma ISW.
La publicación recuerda que la noche del 13 de diciembre, Ucrania repelió un ataque aéreo récord contra su infraestructura energética. Las tropas rusas lanzaron 94 misiles y 193 drones. El operador energético DTEK informó que el ataque causó graves daños a las centrales térmicas.
La Federación Rusa afirmó que esto fue en respuesta al ataque ucraniano a Taganrog el 11 de diciembre con misiles occidentales. Según los analistas, esto no fue más que una excusa, ya que las tropas rusas ya tenían previsto llevar a cabo el ataque y habían acumulado misiles para el ataque del 11 de diciembre.
«Fue una señal para apoyar la campaña de control reflexiva del Kremlin, que pretende obligar a los países occidentales a tomar decisiones sobre el uso por parte de Ucrania de las armas proporcionadas por sus socios y las futuras negociaciones de paz que serían beneficiosas para Rusia», opina ISW.