Según la consultora global WTW, el 48% de las empresas de alimentos y bebidas del mundo citan la interrupción del negocio como el mayor riesgo interno para su éxito. Los riesgos de la cadena de suministro le siguen con un 40%.
La gestión de las turbulencias y posibles perturbaciones se ha convertido en una práctica habitual en el sector alimentario, alimentada por la inestabilidad global, los conflictos, el cambio climático y la crisis del costo de vida. Más del 41% de las empresas citaron la mejora de la liquidez como uno de los principales objetivos estratégicos para los próximos dos años, asegurando que tengan los recursos financieros para capear más shocks. Otras prioridades incluyen la reducción de costos (38%) y la estabilización del negocio (35%).
Sin embargo, las empresas dudan cada vez más de su capacidad para mantenerse al día con las preferencias de los consumidores que cambian rápidamente: el 36% lo ve como un riesgo.
A pesar de estos desafíos, las empresas alimentarias están trabajando activamente para mejorar la sostenibilidad. Casi la mitad (47%) revisa sus planes de continuidad del negocio cada seis meses y el 31% lo hace trimestralmente.