El canciller alemán, Olaf Scholz, llamó al dictador ruso por primera vez en casi dos años. El gobierno alemán señaló que el canciller había llamado a Putin a negociar el fin de la guerra.
El presidente Zelenski comentó inmediatamente que el líder del gobierno alemán había abierto una «caja de Pandora» con sus acciones. Añadió que Putin busca aliviar el aislamiento internacional y llevar a cabo «negociaciones normales que no terminarán en nada». El presidente ucraniano añadió: «Minsk-3 no se llevará a cabo, necesitamos una paz real».
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania señaló que se necesitan acciones concretas y decisivas para obligar a Putin a la paz, no la persuasión, que utiliza a su favor.
El ex primer ministro británico Boris Johnson dijo que tales llamadas amenazan con volver al formato de Normandía, que no se corresponde con las realidades modernas porque el formato considera a la Federación Rusa y Ucrania como participantes iguales, lo que ignora la agresión rusa.
El primer ministro de Polonia afirmó que el último ataque de Rusia contra Ucrania demuestra la ineficacia de la diplomacia telefónica y que las próximas semanas serán decisivas.