La difícil situación en el frente ucraniano y la considerable superioridad de Rusia en personal y material han obligado a Kyiv y a sus socios occidentales a cambiar sus objetivos y metas. Ya no se habla de liberar los territorios ocupados, sino de impedir que Rusia conquiste aún más territorio. El mes de agosto-octubre de este año ha sido el más exitoso para el ejército ruso desde el comienzo de la invasión, con 460-480 kilómetros cuadrados conquistados al mes.
«En estos momentos, cada vez pensamos más en cómo puede sobrevivir Ucrania», dijo una fuente del Pentágono a The Economist.
Moscú parece apostar a que podrá lograr sus objetivos en el Donbás el año que viene e imponer un elevado número de bajas y cuantiosos daños materiales al ejército ucraniano, lo que permitiría a Rusia dictar sus condiciones en las negociaciones posteriores.
Los diplomáticos y analistas se inclinan a creer que el resultado más probable de la guerra será un acuerdo que congele temporalmente el conflicto mientras los ucranianos se dan cuenta de que no pueden recuperar el 100% de su territorio.