La tarde del 22 de marzo, hombres armados atacaron el Ayuntamiento de Crocus en Krasnogorsk, cerca de Moscú. Durante el ataque también se produjo un incendio que dejó 137 muertos y otras 180 personas heridas.
Los rusos afirmaron que «se había preparado una ventana» para que los sospechosos cruzaran la frontera hacia Ucrania.
Los servicios de inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania afirmaron que esta declaración «no resiste ninguna crítica». Agregaron que este ataque terrorista es una provocación deliberada del régimen de Putin para cambiar la narrativa en el ámbito internacional y transformar la imagen del agresor en la de víctima.
Mykhailo Podolyak, asesor del jefe de la Oficina del Presidente de Ucrania, afirmó que Ucrania no tiene nada que ver con el ataque terrorista.
La Casa Blanca señaló que no ve ningún signo de participación de Ucrania en el ataque. Al mismo tiempo, Estados Unidos está convencido de la participación del ISIS en el ataque terrorista y advirtió a Rusia con antelación sobre la amenaza.
ISIS se ha atribuido la responsabilidad del acto terrorista.