El WSJ informó el otro día que algunos propietarios de eurobonos ucranianos quieren que Ucrania reanude el servicio de sus obligaciones a partir del próximo año, con hasta 500 millones de dólares en pagos de intereses al año. Si las partes no se ponen de acuerdo sobre los términos de la reestructuración, Ucrania podría declararse en default después de que finalice el feriado de la deuda en agosto.
El jefe de la comisión financiera del Parlamento, Danylo Hetmantsev, explicó que el Estado se está preparando para negociar con los acreedores privados una nueva reestructuración de la deuda. Un posible acuerdo sobre bonos por valor de unos 20.000 millones de dólares y warrants sobre el PIB incluye dos opciones:
- extensión del aplazamiento de la deuda
- llevar a cabo una reestructuración completa con la emisión de nuevos títulos a más largo plazo, lo que puede implicar la cancelación de una determinada parte de la deuda a cambio de compensaciones retrasadas y/o garantías para los acreedores.
Hetmantsev dijo que “el proceso de reestructuración es complicado y en él participan asesores financieros y jurídicos que trabajan en condiciones de no divulgación de información. En esta etapa, la probabilidad de incumplimiento cuando las partes no acuerdan ninguna reestructuración es mínima”.