Occidente no cumplió con la solicitud de Ucrania de hacer la transición de las armas soviéticas a las occidentales, que se expresó tan pronto como Occidente emprendió acciones para ayudar a Ucrania a defenderse contra la invasión rusa. Los retrasos en el suministro de sistemas de largo alcance, sistemas avanzados de defensa aérea y tanques tienen oportunidades limitadas para operaciones de contraofensiva a mayor escala, según creen los analistas de ISW. Ucrania no tenía una industria de defensa fuerte antes de entrar en guerra; dependía casi por completo de sus socios occidentales para proporcionar el equipo necesario para detener la ofensiva inicial y comenzar el contraataque. Por lo tanto, los modelos de ayuda occidentales influyeron fuertemente en la capacidad de Ucrania para desarrollar e implementar planes de campaña efectivos. Si Occidente hubiera comenzado a transferir sistemas de armas modernos a Ucrania en el verano de 2022, esto le habría permitido a Ucrania continuar la contraofensiva luego de la liberación de Kherson y, por lo tanto, privar a los rusos de la oportunidad de reagrupar sus fuerzas y recuperar la iniciativa.