En la cumbre de emergencia celebrada en París el 17 de febrero, el presidente francés, Emmanuel Macron, propuso el despliegue de tropas de paz en Ucrania. Sin embargo, Alemania, Italia, España y Polonia se opusieron a esta idea.
El canciller alemán, Olaf Scholz, calificó la discusión de «altamente inapropiada» y afirmó que «este debate es prematuro y ahora no es el momento adecuado para ello».
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, argumentó que el envío de tropas europeas a Ucrania es la opción «más difícil y menos efectiva» disponible.
En cambio, todos los participantes en la reunión coincidieron en la necesidad de aumentar el gasto en la defensa del continente, reconociendo que un alto el fuego en Ucrania es imposible sin un acuerdo de paz. También reconocieron que Europa está dispuesta a ofrecer garantías de seguridad que dependen del nivel de apoyo de Estados Unidos.
Al mismo tiempo, los analistas advierten de que el despliegue de tropas de paz en Ucrania podría aumentar el riesgo de un enfrentamiento directo entre Europa y Rusia y tensionar a los ejércitos europeos, que ya tienen pocos suministros que necesita Ucrania. La fuente de financiación para tal apoyo también sigue siendo cuestionada.