Desde el comienzo de la guerra a gran escala, Rusia ha obtenido casi 800.000 millones de euros de la venta de recursos energéticos, de los cuales 33.000 millones de euros han sido pagados por los países de la UE por el GNL ruso.
El Centro de Estrategia Económica cree que los ingresos rusos por el gas pueden reducirse significativamente con los derechos de aduana. En la actualidad, el GNL ruso se importa a la UE con una tasa cero, la de nación más favorecida (NMF), ya que Rusia es miembro de la Organización Mundial del Comercio. A pesar de las sanciones introducidas en 2022, los suministros de gas ruso no han hecho más que aumentar, sobre todo desde septiembre: las importaciones han aumentado casi un 40% y la participación de los recursos rusos ha aumentado del 11% a casi el 20%. Al mismo tiempo, los países de la UE siguen celebrando contratos a largo plazo con Moscú para la compra de gas hasta 2040.
Sin embargo, existe un mecanismo para obligar a Rusia a pagar una especie de impuesto de guerra mediante la introducción de un impuesto sobre el GNL ruso en los países de la UE. Este enfoque es legal, tiene los prerrequisitos políticos y legales necesarios para su adopción y está listo para su aplicación.