Decenas de parlamentarios europeos han pedido al rey Philippe de Bélgica que apoye la confiscación de más de 250.000 millones de euros en activos rusos congelados y los destine a la defensa y reconstrucción de Ucrania. Los parlamentarios subrayan que Bélgica tiene una responsabilidad especial, ya que la mayor parte de los fondos rusos congelados se almacena en el depósito Euroclear.
Señalan que el derecho internacional permite la posibilidad de confiscar los activos de un agresor para compensar las pérdidas, citando a Irak y Libia como ejemplos. Entre los firmantes se encuentran destacados políticos de Alemania, Francia, Letonia, la República Checa, Finlandia, Estonia, Croacia, Eslovaquia y Ucrania. Instan a Bélgica a demostrar que los principios europeos no son palabras vacías y tienen consecuencias tangibles.
Como se ha dicho: «La transformación de los activos congelados en ayuda real enviará una señal clara: la agresión rusa no será recompensada y la victoria de Ucrania es una prioridad para Europa».
Además, un decreto belga de 1944 otorga al rey autoridad para bloquear la transferencia de activos al exterior, lo que se está considerando como un mecanismo potencial para confiscar fondos rusos congelados que se encuentran en el país.