La Armada de Ucrania dice que los barcos de la flota rusa del Mar Negro se han retirado a más de 100 kilómetros (unas 65 millas) de las costas ucranianas debido a sus ataques con misiles y drones. Según la Armada, para recuperar el control de las partes noroccidentales del Mar Negro, los rusos habían desplegado sistemas de misiles costeros en las regiones de Crimea y Kherson. A pesar de la retirada, persiste la amenaza de ataques con misiles desde el mar. Desde el comienzo de la guerra, la intensidad de los ataques rusos con misiles de crucero Calibre ha disminuido, mientras que el enemigo comenzó a alcanzar objetivos terrestres con misiles antibuque. Lo más probable es que muestre que Rusia ha usado una cantidad significativa de sus armas de misiles modernas y se ve obligada a usar armamento obsoleto.