Los ataques ucranianos a las refinerías de petróleo rusas están logrando ahora lo que el régimen de sanciones occidental no logró lograr. Los analistas de asuntos exteriores afirman que uno de los mayores productores de petróleo del mundo ahora importa gasolina. Desde octubre, Ucrania ha atacado al menos 20 refinerías rusas.
Los analistas afirman que los ataques a las refinerías no afectarán a los mercados energéticos mundiales porque los ataques reducen la capacidad de Rusia para procesar petróleo, lo que obligará a Rusia a exportar más de su petróleo crudo, lo que conducirá a precios globales más bajos, no más altos.
Los ataques de Ucrania podrían crear más problemas en el mercado interno de Rusia, donde los precios de la gasolina y el diésel han comenzado a subir. Estos ataques han logrado los objetivos que los socios occidentales de Ucrania se han fijado: debilitar las capacidades financieras y logísticas de Rusia para librar la guerra y al mismo tiempo limitar el daño a la economía global.
«Kiev debe ganar siempre que sea posible, y la campaña para destruir las instalaciones rusas de refinación de petróleo aporta beneficios a Ucrania con un riesgo limitado», concluyen los analistas.