Además de confiscar activos rusos o prestar dinero a Kyiv utilizando estos activos, existe una tercera opción: el llamado préstamo de reparación. Según este enfoque, Ucrania podría pedir prestado dinero a sus aliados, incluidos los miembros del G7, y comprometer su reclamo de reparación o compensación contra Rusia como garantía. Esto daría a Kyiv acceso a mucho más dinero del que tendría si utilizara las ganancias de los activos rusos.
«Ucrania tiene derecho a exigir reparaciones a Rusia, y monetizaría una parte de esta demanda comprometiéndose a obtener un préstamo del G7», dijo Lee C. Buchheit, profesor honorario de la Facultad de Derecho de la Universidad de Edimburgo.
Si Rusia no paga las reparaciones, el G7 puede utilizar el conjunto de activos congelados para recuperar su préstamo a Ucrania. Este mecanismo garantiza que Rusia cubrirá parte de la factura de 486 mil millones de dólares para la recuperación de Ucrania.
«Si no hay un cambio de régimen en Rusia, Putin nunca pagará reparaciones. Estos 300.000 millones de dólares son probablemente la única contribución que Rusia hará alguna vez para las reparaciones», añadió Buchheit.