La UE todavía no ha tomado las medidas necesarias para cumplir el acuerdo con el G7 y proporcionar a Ucrania unos 50.000 millones de dólares, garantizados con los ingresos procedentes de los activos de la Federación Rusa, antes de finales de año. Se suponía que la UE aprobaría una legislación que prolongaría la congelación de los activos rusos soberanos hasta que Moscú haya pagado su guerra contra Ucrania. Esto garantizaría que los activos congelados seguirían estando disponibles para generar los intereses que se utilizarían para devolver el préstamo a Ucrania.
La decisión es muy importante para Ucrania, ya que 50.000 millones de dólares cubren aproximadamente su déficit presupuestario anual. Sin embargo, la aplicación de esta decisión en la UE ha llegado a un punto muerto. Ninguno de los grandes actores del bloque, como Alemania, Francia o incluso la CE, ha tomado la iniciativa de avanzar en la cuestión, lo que frena a los EE.UU.
Las razones de la demora por parte de la UE son la inercia burocrática después de las elecciones al Parlamento Europeo, las vacaciones de verano y las negociaciones sobre la formación de una nueva CE.